Vosotras

El tweet que me llamaba zorra resonó en mi cabeza tanto como el eco de sus risas cuando grabaron la escena. Las miradas incrédulas dolieron más que los arañazos marcando mi espalda. Las voces de los tertulianos de sobremesa opinando sobre mí, mi cuerpo y mi dolor retumbaban en la tele del salón y me ahogaban, casi como cuando sus brazos me empujaron contra el portal.
¿Cuántas veces al día puedes ser víctima sin saberlo?
Entonces llegasteis vosotras. Como un murmullo al principio, un verso suelto, después una marea, un clamor violeta en la calle San Bernardo, un abrazo virtual en mi timeline, una pintada valiente en la pared, una mirada cómplice.
¿Cuántas amigas encontrarás cada día sin saberlo?
Me quisieron sola. Pero os tengo a vosotras.

Irezu