Un sueño inasequible

Hace tiempo que lo conocí por primera vez, era super simpático y agradable, la felicidad que sentía era única. Cómo lo abrazaba, cómo se entrelazaban sus manos con las mías… siempre era feliz con él. Llegó un momento en que me obligaba a ponerme la ropa que él quisiera y que no pudiera salir con mis amigos. Sentía algo raro. Todo fue a peor, empezaba a abusar de mí constantemente y a agredirme sin piedad. Siento que estoy en una cárcel psicológica de la que no puedo escapar, la tristeza está en el interior de mi cuerpo, como una enfermedad que se carga a alguien poco a poco. Aún así creo que lo trato bien, no entiendo que estoy haciendo mal. Ojalá fuera todo como en el pasado, esa sería la verdadera felicidad.

Carlos