(Con)versación

—¿Dónde estás?
—En casa, ¿por?
—Quiero verte.
—Ay, yo también, pero ahora no puedo, tengo que terminar dos ejercicios para mañana.
—Pues quiero verte.
—Sí, pero te digo que ahora no puedo. ¿Mejor sobre las 8?
—Claro, por tus ejercicios.
—Pues sí.
—Venga, ¿Qué te crees? ¿Qué soy imbécil?
—¿Qué dices?
—¿Con quién estás?
—Con mi hermano.
—Sí, tu hermano en casa. No te lo crees ni tú.
—¡¡Pero de qué vas!!
—Oye, oye, no te pongas así, que solo te estaba preguntando.
—¡Preguntando no, me estás llamando mentirosa!
—Ey, tranquilidad.
—¡Es que no entiendo por qué dudas de lo que te digo!
—Mira, te estás poniendo histérica y yo paso. Es lo que me faltaba.
—¿Cómo?
—Que no, que no me gustan tus formas, que hasta aquí. ADIÓS.

Peccata Minuta