La última noche

Era una noche oscura, las pocas farolas iluminaban la sombría avenida que me separaba de casa. Pasé por el bar de la esquina “parecía” no haber nadie. A cada paso que daba me giraba disimuladamente, el instinto supongo, el cual aquella noche no me funcionó. Como cada día empecé a contar los pasos que quedaban para llegar a casa 43, 37, 24, 13… por fin en casa. Ojalá la noche realmente hubiera terminado así.

Roma