Y cada vez menos
Tantas noches de desamparo y tanta seguridad de que, al mismo tiempo, el cobijo que me han dado es peor que la soledad y el anhelo.
Tantas noches de desvelo, de melena por el suelo, de enmarañado el pelo con los nudos del hastío. Con la ropa alegre, y al mismo tiempo, con el gris silencio.
De hablar rápido y hablar mucho, y con muchas ganas, a darlo todo, y no recibir nada, y no decir nada.
Para ti todo, para mí nada.
Y cada vez menos ganas.
Y cada vez más canas.
Se acababa el tiempo.
RapunzelChaos