Una sombra en el lienzo
Su mirada misteriosa, el hechizo de su voz y de sus gestos. Imposible verlo y no admirarlo. Inútil conocerlo y no quererlo. Hasta que, un día cualquiera, se quitó la careta y dejó ver su verdadero rostro, y el rostro del miedo me atrapó en la sombra del lienzo. Mi mirada, sumida en sus fantasmas, pierde repentinamente la luz y se hace opaca. Perdida en el asfalto, por momentos, siento el lastre de toda la miseria y de todo el sufrimiento. Ya no soy aquella joven que dibujaba, una cálida mañana, un cuadro perfecto. Ahora vivo en mi piel el maltrato del que aplasta al inocente. No quiero sentir, no quiero… Estoy aquí, encerrada en su lienzo. Buscando una salida… ¡Corre, pinta tú en mi lienzo! Cuéntales a todos, la historia de una joven que un día abrió la ventana y pintó un cuadro nuevo. Una joven que te contó una noche de noviembre este triste cuento, que comenzó con la luz del día y acabó en un día negro. ¡Pintemos juntas, ese cuadro nuevo!
Marsagave