Una prisión llamada ciudad
Aquí estoy, totalmente desorientada en este pequeño apartamento de las afueras de esta gran ciudad que al principio me acogía, pero ahora se ha transformado en un negro pozo que sé que me devorara. Lo deje todo por él, mi pueblo mi gente y mi vida. Me enamoré como una colegiala y le seguí a lo que creía que seria mi paraíso, este se convirtió de la noche a la mañana en un infierno, de palizas y desprecios. Me escape y me oculte aquí para poner mis ideas en orden, para una mujer sola en estos tiempos, la ciudad es una tela de araña con demasiados monstruos, donde la soledad se hace densa. Tengo miedo, la angustia se apodera de las que como yo llegamos a este precipicio.
Barlovento