Las niñas heridas

En una habitación pequeña, sin luz, entra una niña con miedo. Su cuerpo intuye que la mujer que no conoce le hará daño. Afuera aguarda toda la familia en un ambiente festivo. En el cuarto la circuncidadora procede a tientas, con una cuchilla afilada a mutilar los genitales de la pequeña. Sangra el clítoris y los labios menores. La niña grita y llora por este rito antiguo e inconmensurablemente doloroso. Los latidos de ese corazón dañado retumban en el mundo. No hay ni habrá nunca quien pueda curar esa herida.

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