Secretos que marcan

En ese momento mi único pensamiento era morir, no podía creer lo que estaba pasando delante de mí. Yo siendo tan inocente y él tan ciego con su idea. En un segundo me encontré con mi piel al viento sin ninguna protección a mi alrededor. ¿Qué podía hacer? Temblaba de miedo mientras me acariciaba las piernas suavemente, a la par que ascendía. Fue un infierno donde solo había dolor. Me encontraba encerrada, sin poder escapar, solo podía cerrar los ojos y pedir que acabara pronto. Me obligaba a hacer cosas, las cuales yo no quería, solo lloraba por el miedo y la impotencia de no poder sacarlo a la luz. Y aunque ya no puedo hacer nada porque me encuentro lejos de vosotros, solo quiero decir que por favor no os calléis. Mi padre fue mi violador.

Kirina