Microrrelatos en post-it

Siempre me gustó escribir.

Comencé con notitas breves en papelitos amarillos: “te quiero”, “te esperaré levantada”.

“Tienes la cena en el horno” abrió otro capítulo, centrado en la vida doméstica y dejando como borrador “salgo con mis amigas”. No le agradaba.

A veces, escribían por mí en urgencias. Narraciones sin calidad literaria y repetitivas: “presenta hematomas, dice que por caerse practicando ciclismo/crossfit/escalada…”. Yo nunca he sido deportista.

Otras, lo retomaba. “Qué bonitas flores”, “gracias por los bombones”. Y él incluso contestaba: “lo siento, no fue culpa mía, sabes que te amo”.

Un día que volvió a hacerlo sólo me quedaba un post-it. Lo encontró la enfermera en mi tarjeta sanitaria. “No me he caído. ¡Ayúdenme!”.

Azahar