Microrrelato en árabe
Viniste a España con 2 años. Tu madre te enseña a orar y a hacer el ramadán. Tu padre trabaja duro. Desde pequeña te levantas a las seis de la mañana por si no le ves antes de que se marche y cada tarde le esperas mirando por la ventana. Siempre trae algo, un cuento inventado o una canción árabe.
Estás en 1º de bachillerato. Le convences para que te deje ir a la fiesta. En la discoteca bailas. Allí está Rachid. Tiene 27 años, es muy guapo. Se acerca, te dice cosas al oído que tú te crees. Sus palabras en árabe suenan dulces como los hojaldres de miel con sésamo. Es muy educado, te acaricia las manos y te besa la frente. Durante tres meses te cuenta historias como las mil y una noches; cada tarde le esperas, mirando por la ventana.
Es el día de tu boda, estás muy bella. Cuando llegas a la habitación te encierras en el baño. Sales temblorosa con el camisón blanco de encaje. Te escupe por irte vestida a la cama y luego te viola. Los siguientes 3 años son la historia de las mil y una infamias.
Estás en coma, has tomado 4 cajas de pastillas. Tu padre está cantándote en árabe y besándote la frente, después dormirá en la sala de espera por si no te ve antes de que te marches.
Luna de abril