¡TÚ DECIDES!

Sara y Marta habían quedado en la cafetería de siempre para hablar de sus cosas. Como de costumbre, Sara llegó la primera y diez minutos más tarde apareció Marta. Sara esperó impaciente a que se sentara para preguntarle qué tal le había ido con Ricardo; “os vi salir muy agarraditos de la discoteca” bromeó. Cuando Marta le dijo que no había pasado nada, no pudo contener un espontáneo “¿cómo que no?” salido de su alma. Marta, divertida por la reacción de su amiga, le explicó que, llegado el momento, no quiso seguir con el tema porque Ricardo iba demasiado borracho.

“Le di dos besos y me fui, tranquilamente, a mi casa” – dijo Marta con naturalidad. “Claro, normal” – concluyó Sara y continuaron charlando de otros temas.

Marisol Zabas