Nacer

Cuando aún no me había recuperado de la última contracción, sentí un dolor inmenso en la vagina.
DOLOR.
– ¡Si sigues empujando así, este niño no sale!
DESESPERACIÓN.
Seguí temblando de miedo al pensar en aquellas dos mujeres presionando mi vientre.
MIEDO.
Y supe que él había utilizado el bisturí.
– ¡Empuja hija!
PATERNALISMO.
Pero ya no podía, ya había perdido la energía, la confianza, las ganas y la esperanza.
VIOLENCIA.
– El padre tiene que salir. Las únicas manos que emanaban amor, los únicos ojos que clamaban respeto, ya no estaban.
INDEFENSIÓN.
Después vinieron más gritos, más dolor y … al final naciste, o te nacieron. Naciste entre lágrimas y sangre; sabiendo todo lo que tendríamos que sanar.
AMOR.

PepiPop