Lástima

El sonido hizo que se abrieran las puertas y el bullicio inundó los pasillos del instituto, Maica se dirigió al vestuario para evitar que nadie viera los moratones, por eso intentaba que cuando la golpeaban lo hiciera en la cara, no quería tener que estar con las gafas de sol como tenía que hacer su madre.

Estaba tan centrada en que no vieran los moratones, que no se dio cuenta que había demasiado silencio, la voz de la profesora sonó atrás suya no pudo evitar que un escalofrío, las lágrimas comenzaron.

Lentamente se dio la vuelta bajando la mirada, avergonzada había sido descubierta, sabía que ahora llegaría la lástima y todo cambiaría, su profesora preferida y ya no sería la alumna que alentaba para que siguiera con el dibujo.

Hécate Lamía