Hybris
Hacía años que dormía en aquella habitación, conocía cada rincón de memoria, pero cada día le parecía más fría y silenciosa. Desde el suelo y en aquel cobijo todo era más desolador y triste.
Aquella estancia se convirtió en un mundo inerte y desangelado donde permanecía amarrada bajo un autoritarismo sin efugio.
En el ocaso, la luz tenue del teléfono reflejaba en su demacrado rostro un rayo de vida, mientras lo sostenía entre sollozos escuchaba la voz quebrantada de su madre suplicándole que luchara y viviera.
Esas palabras de aliento lograron estremecer su conciencia dejando una huella como el tañir de las campanas. El tiempo se paró en ese instante, abrió su mano y arrojó con coraje aquellas pastillas contra el suelo.
Jasanius