Fórmula 1

Con los ojos entornados, analizó el vector de la siguiente curva, calculó la velocidad, el control del volante y los 5G de fuerza que sufriría su cuerpo, para que los trescientos kilómetros por hora no se convirtieran en una trampa mortal. Le apasionaba la velocidad, el rugido de los motores, la adrenalina en boxes, competir, tal vez ganar… Y allí estaba, en el circuito de sus sueños, en el podium, escuchando vítores, dejándose fotografiar, sujetando el ramo de flores, con su mejor sonrisa…y posando al lado del campeón que agarraba su cintura, como si ella fuera el trofeo, disimulando una mueca de disgusto cuando el frío champán recorrió su espalda y la hizo sentir pringosa. Miró de nuevo el trazado sinuoso del circuito y suspiró.

Foloteca