Fenómenos meteorológicos

Al igual que una suave y agradable brisa se convierte en un vendaval, el amor también lo puede hacer.

Al igual que un placentero rayo de Sol, que nos calienta dulcemente en días de frío, se convierte en un sofocante bochorno en días de calor, el amor también lo puede hacer.

Al igual que unas blancas nubes, que nos abrigan del elevado calor en días de verano brindando una buscada sombra, se convierten en presagio de una gran tempestad, el amor también lo puede hacer.

Al igual que una moderada llovizna, que concede la energía necesaria para que las plantas puedan florecer, también las marchita si aparece en exceso, el amor también lo puede hacer.

Y si el mar está agitado, lo mejor es no meterse para no ahogarse.

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