El monstruo que tuvo corazón
Recuerdo perfectamente el día que te conocí, eras tan encantador, demasiado perfecto. Nada malo me podía pasar si estaba a tu lado. Me casé contigo sin ni siquiera pensarlo.
Llegaron las discusiones, el primer bofetón y la primera paliza. Pero a pesar de ello te seguía queriendo. Quise convencerme de que estabas pasando por un mal momento, de que el hombre con el que me casé volvería.
No soy capaz de volver a quererte después del infierno por el que me has hecho pasar, pero, te perdono. Porque, aunque fuera por un corto periodo de tiempo, conseguí ser feliz. Si no te hubieras hundido en el alcohol y en tu propio ego podríamos haber creado un futuro juntos. Pero aún sabiendo que tu corazón se marchitaba, lo dejaste convertirse en cenizas.
Juliet Edevane