Si duele no es amor
Casa. Cuatro letras, una cárcel.
Las rejas no eran de hierro,
eran de carne y hueso,
las que se aferraban continuamente a mi cuello.
Gritos convertidos en susurros,
golpes camuflados con sonrisas.
El Covid no me impactó,
me impactaron los golpes de mi agresor.
Palabras. Millones de palabras
atascadas en mi garganta.
Se desató la tormenta cuando salieron,
sin poder contenerlas.
Llanto, sorpresa, dolor.
Descargué las piedras de mi espalda,
dejando solo manchas lilas y verdes.
Fuerza. Encontré a mi respirador,
que curó mis heridas y me dio fuerza,
de la que yo carecía.
Amor propio, ya no es una cárcel,
ahora es el paraíso.
Mis alas no estaban rotas solo estaban dobladas.
Recuerda tu también puedes volar alto.
Violett Lancaster