Supervillano
Cuando era pequeño imaginaba que de mayor sería como Superman y que libraría una y otra vez a la humanidad de los malos (ésos que usan armas peligrosísimas y matan inocentes o los someten). Y no sólo me pasaba con Superman, cualquier superhéroe o persona real que luchase para vencer el mal me servía de ejemplo. En cambio Lex Luthor encarnaba al villano filantrópico que veo reflejado en algunos grandes empresarios y, ahora que soy adulto y me descubro carente de superpoderes, que no sé volar ni tengo rayos X en los ojos, no me siento capaz de salvar al mundo.
Hoy ha caído en mis manos una noticia del 2006 del diario Clarín. En ella cuenta cómo un padre, Mario Gamarra, florista de profesión, rescata a su hija, secuestrada ocho meses atrás, de unas mafias dedicadas a la prostitución. Lo hace solo, sacando la valentía de donde no sabía que la tenía. Leo toda la noticia poniéndome en su lugar como ya hiciera con Superman, consiguiendo escapar de las mafias y librando a mi hija de sus malditas garras. Mientras imagino todo esto caigo en la cuenta de que estoy en el bando equivocado, que soy el putero. Y que para cambiar esto no hacen falta superpoderes.
Rove Rivera.