Una copa más

Tropezó en la escalera, con los tacones más hermosos que había encontrado, y con la falda más vaporosa cayó sentada al suelo. Se levantó a duras penas y volvió a la pista a bailar.
Esa copa. ¿Qué era esa copa? alcanzó a pensar, con la boca seca, la cabeza húmeda, los ojos vidriosos. Su cuerpo ondulaba y sus brazos de medusa flotaban en un mar imaginado donde era la sirena principal.
Alguien la pescó, levanto en brazos su larga cola y se la llevó entre las miradas ausentes de los presentes, entre las notas discordantes y las palabras fallidas de un reguetón.
Nunca supo cómo, nunca supo donde despertó, a horas de su casa, los ojos húmedos, la cabeza seca y la boca vidriosa.

NÓMADA