No eres tú

Díselo.

Dile cuanto le odias.

No me lo digas a mí.

Yo solo sangro.

Yo solo tengo la piel morada y las tripas revueltas.

Yo no soy la culpable de lo que te pasa.

No me mires con esos ojos ardientes de odio.

Es a él.

Sal por esa puerta y díselo.

Sé valiente.

Grita.

Sácalo todo.

Por favor.

Hazlo por mí.

No puedo soportar ni un golpe más.

Ni una palabra más.

Aunque sean palabras de amor.

Esos “te quiero” envenenados.

Por favor.

Sé valiente.

Deja de mirarme.

Deja de proyectar en mí todo tu miedo.

Tan solo soy tu reflejo, yo no puedo hacer nada por ti.

Amets Larrea