NO CONSIENTO

A veces, sin querer, consiento, pero no es cierto.
Si tus manos, en lugar de hacerme estremecer de placer, me hieren, NO CONSIENTO.
Si la necesidad me obliga a dejar que compres mi voluntad para yacer contigo, NO CONSIENTO.
Si tus palabras suenan como amenazas, y por temor callo y te dejo acceder a mi cuerpo, NO CONSIENTO.
En cambio…
CONSIENTO, cuando mi cuerpo habla por mí y no hacen falta las palabras entre nosotros.
CONSIENTO cuando el deseo me incendia por dentro y me arrastra hasta tu cálido refugio.
CONSIENTO cuando, libre y consciente, te busco entre las sábanas antes incluso de decirte que sí.

Lilith