El problema
Viendo que a mis 17 años, casi todas se habían deshecho del problema. Yo también quise quitármelo de encima.
Lo conocí en Tinder y quedamos en un bar. Bebimos una cerveza y después me ofreció subir a su casa. Como era mayor y se había fijado en mí, le dije que sí. En su habitación se desvistió, yo me quedé bloqueada. De repente me quise largar de allí, pero él metiéndome mano me dijo que no me preocupara. Entonces le insistí, y él me tumbó en la cama. Todo terminó rápido y asumí que aquello debía de pasar de ese modo. No me dolió, pero tampoco me gustó. Después comenzó a vestirse y me insinuó que parecía que me había venido la regla. Yo me callé y él entendió. Me sentí humillada y avergonzada. No nos volvimos a ver. No me volvió a llamar.
Sylvia Rhys