El pájaro en el alféizar
Eran las 10.00h de la mañana, Ernesto tenía la mirada perdida tras el cristal de la ventana, en las flores y árboles del jardín. Estaba frío y rígido como la retama, la noche anterior había discutido con Cristina su mujer, había dicho cosas terribles, cerca físicamente pero distante Cristina hacía café, en bata y despeinada con rasgos en la cara que mostraban su infelicidad.
Un pájaro se posó en el alféizar de la ventana, mirando a Ernesto fijamente, bello, elegante, libre, y alegre. Viendo el pájaro en la ventana tras el cristal sonreía, viendo la actual Cristina se ponía triste, y recordando en su mente la joven y bella seductora de otros tiempos empezó a pensar. Él con sus celos, acciones, y palabras había sido el causante del cambio de Cristina, de su tristeza, de su melancolía, su apatía. Tenía que recuperarla.
A partir de ahora sus palabras, sus acciones y pensamientos serían gentiles y amables, siendo el inicio de ese cambio necesario para recuperar ese pájaro bello, elegante, libre, y alegre que en otro tiempo había sido Cristina.
Me repetiré todos los días de mi vida cada mañana al contemplarla:
Ernesto, Quiérela y respétala.
Frank