El aroma del miedo
Te aseguro que no me he vuelto loca. Estoy cuerda, lo estoy ahora y lo estaba entonces. Reconocería esa letra en cualquier parte. Es la suya. Desde que encontré la carta en el buzón, todo lo que había avanzado, se ha esfumado. He vuelto a la casilla de salida. Y no solo por la caligrafía sino por el olor. Esa fragancia a lilas en el sobre. La misma que emanaba de las flores que deposité sobre su tumba el día en que lo enterramos, hace hoy un año.
Gacela leonada