Cómo es posible
El espíritu feminista me posee y me hace girar la cabeza 180 grados, me hace emigrar de mi zona de confort, me hace preguntar cómo es posible que los que tanto se oponen a la redistribución de la renta sean luego tan ecuánimes y equitativos en el reparto de responsabilidades micromachistas. Los mismos que se apropian del dinero público a espuertas son los que luego cacarean el mantra del liberalismo y el emprendimiento.
Los mismos que rezan por la paz en el mundo son los que luego siembran la semilla de la guerra patriarcal. Los mismos que se perpetúan en el poder son los que luego sermonean sobre la movilidad y la flexibilidad laboral. Los mismos que se sienten odiados por las feministas son los que luego no moverían ni un dedo por la paridad.
Los mismos, siempre los mismos, tristemente eternos, agarrados al anillo del poder, cual Gólum Misógino. ¿Dónde estás Frodo Bolsón? Sí, necesitamos un bolsón muy grande para meterlos a todos en la terapia de Machistas Anónimos.
¡Querubines de la varonía sublime. Arcángeles de la machistería esotérica. Venid a mí, salvadme de esta maléfica posesión. Imponedme vuestras sagradas verdades!
Ademar