Amor de hijo
Permaneció todo el día nervioso intentando que sus palabras o gestos infantiles no lo delataran, pues si ella adivinaba sus intenciones todo sería inútil.
Antes de oír la puerta cerrarse escuchó los primeros gritos y después una cascada de insultos, antesala de lo que vendría a continuación.
Con toda la determinación que consiguió reunir, le abordó en el instante mismo en el que levantaba su mano para golpearla y mientras aferraba su muñeca sintió cómo la primera cuchillada rasgaba su interior y una suave bruma comenzaba a nublarle la vista.
Mientras se desplomaba aún tuvo tiempo de verle huir y de sentir el largo beso con el que, entre sollozos, su madre le mostraba su amor y se maldecía por no haber podido evitarlo.
Astolfo