Aquí comenzó mi libertad

Calor y una situación de urgencia. La cita del ultimátum para aclararlo todo. Un antes, un después. Dependía de ella. Las cartas estaban echadas. Había quedado embarazada. Aquellos juegos amatorios la llevaron desde el sexo infinito a la ternura y al frenesí. Se conocieron en el trabajo y hubo atracción. Se relacionaban casualmente y dejaban la piel y el alma en el otro. Ambos sabían que no eran más que encuentros casuales. Ahora allí, los tres, decidiendo el antes, el después. Se había ido al saberse embarazada, lo ocultó por miedo. Él lo ignoraba. Al enterarse casi cerca del parto tuvo rabia. Ella se había refugiado con sus padres a 81 kms de la capital. Lo abandonó todo, trabajo, futuro. – ¿Tú y el niño se van conmigo? Ella con miedo callaba. -Si no vienes conmigo, lo criaras sola. Ni me pidas dinero – Llorando ella dijo: Mi papá me ayudará, me quedo. El apresuró sus pasos hacia la estación del tren. Han pasado 26 años de sacrificio, angustia, hambre, miseria, carencias. Ella fue para su hijo: alimento, promesa, luz. Ahora, en el mismo lugar donde hace 26 años fue abandonada, abraza a su hijo meritorio cirujano, y dice: aquí fue mi hijo, donde tú y yo empezamos a ser libres.

Buda Panda