El hombre al que amo
El hombre al que amo, para acariciar me pide permiso
no porque él lo necesite, sino por si yo lo preciso.
Se relaciona conociendo la naturaleza sensible y sutil de la mujer
desde el respeto, con todas las que habitan en mí, honrando su poder.
El hombre al que amo no consiente el abuso
y del amar consciente hace buen uso.
El hombre al que amo es auténtico, más no es el único.
Otros como él florecen
en jardines cultivados con esmero
por mujeres que se aman y respetan a sí mismas.
El hombre al que amo, habita mi piel.
Hikari