Cuenta atrás
Nadie se fija en ella cuando se dirige a la entrada de aquel viejo edificio de paredes grisáceas. Su mirada muestra temor y, por un momento, ruego no tener que llevarla conmigo. Ha sido demasiado tiempo observándola y lamento el instante en que el destino puso en su camino a quien pronto sería su mayor pesadilla; unos hermosos ojos verdes que dejarían en su piel y memoria marcas de las que nunca se podría deshacer. Inspira profundamente y decide atravesar las puertas acristaladas. Varios uniformes azules se giran a su paso. Más tarde, la patrulla conduce hacia el lugar que una vez fue su hogar. Antes de desaparecer, la miro por última vez. Mi peculiar reloj no deja caer el último grano de arena negra. Su alma se salva, logrando evitarme.
Marie Godwin