Mamá, ¿estás bien?
Es el decimoctavo día que te llamo y no respondes. Papá siempre comenta que estás ocupada, sinceramente ya no creo en las excusas, la última vez que fui a casa vi como escondías la llave del pequeño armario donde él guarda las corbatas y cinturones. Además, cada vez que te llamo la misma monótona voz de mi padre irritado resuena en la línea, quejándose de todo y justificando que él tiene tu teléfono para atender llamadas porque el suyo está estropeado, sé que miente. ¿Sabes que pasado mañana volveré a casa? Quiero que mi cabeza se esté inventando una historia y no sea cierto lo que pienso, examinaré cada centímetro de tu piel para ver que realmente estés bien y que ese hombre no te haya hecho nada, no tengas miedo de decirme nada.
Tixburn