Corazón sin latido
No tuvo límites. Cada día se repetía la misma escena, mostrando incomprensible quietud ante los movimientos de su verdugo.
El calzado del creso gallardo ya no mostraba suela…
En el suelo, tendida, sangraba hora a gota.
Byron
No tuvo límites. Cada día se repetía la misma escena, mostrando incomprensible quietud ante los movimientos de su verdugo.
El calzado del creso gallardo ya no mostraba suela…
En el suelo, tendida, sangraba hora a gota.
Byron