La memoria de mi piel

En realidad no sé cómo empezar a contar mi historia…pero la tengo grabada en la piel por si algún día matas mi memoria. El color de mis ojos ya no brilla como antes, decidiste disimularlo regalándome diamantes. Escribo escondida en una habitación, la misma donde antes hacíamos el amor… Muriendo poco a poco, aunque por fuera el maquillaje haga su función, de tapar tus señales visibles, aunque no tape las que hay en mi interior. La humillación es ya tan grande que me da miedo la gente, me cuesta creer en las palabras hasta del que me defiende. No confundas amor con posesión, ni tampoco tus ganas feroces con un atisbo de pasión. ¿Dónde están las leyes que me amparan? Si no encuentran una herida no harán absolutamente nada. ¿De quién puedes tener celos cuando vamos por la calle…? Si cuando estamos a solas no cuidas un sólo detalle. Has tejido sobre mí un manto enemigo; el mismo que hace ya tiempo creí mi mejor abrigo. No llego a comprender por qué lo has hecho…por qué has llenado de odio y de miedo nuestro lecho. Impotencia. Quiero salir corriendo. Habrás sido mi agresor, pero nunca serás mi dueño.

Isthar