Traición
Dejó a sus hijas en el colegio y se fue a la oficina.
Preguntó a su secretaria si había entrevistas. Se preparó un café antes de empezar con ellas.
El primero era un hombre joven, con poca experiencia. Irradiaba seguridad en sí mismo y era ambicioso. La siguiente una mujer. Mucha experiencia y se la veía con entusiasmo.
Con el chico tuvo que negociar un salario más alto, sin embargo se decidió por él. Le infundía más confianza un hombre.
La mujer le gustaba, pero mejor que se incorporara como ayudante. Así aportaba la experiencia que le faltaba a su compañero. Al cobrar menos el jefe estaría de acuerdo y él se marcaría el tanto.
Salió pronto para recoger a sus hijas. Las dos iban peleándose en el coche para decidir quién era la mejor, la más lista. Nuria era muy trabajadora, pero Belén tenía un gran talento. Pensó en lo lejos que llegarían cualquiera de las dos en la vida.
– … Pues yo cuando sea mayor trabajaré en una oficina, como papá… ¿Verdad papá?
– ¡Eres tonta! ¿No sabes que solo a los chicos les dejan hacer cosas importantes? Por eso yo me iré a un país muy lejano. Porque yo voy a ser lo que yo quiera.
Sorprendido miró por el retrovisor y en él vio a un traidor.
“Pauline Shiah”
Elena Córdova Fernández