Sentí
Sentí su respiración agitada detrás de mí, hacía unos segundos que el cansancio me había vencido; No sabía lo que me aguardaba esa rendición. Sentí sus manos sudadas recorriendo mi espalda, haciendo presión en mí. Yo me negué, pero fue en vano. Desgarró mi ropa, y con ella se desvanecían todos mis sueños, mi fe en el ser humano, mis ganas de ser yo. Cada vez que me besaba se iba yendo mi esencia. Por fin acerté a decir unas palabras incomprensibles. No lo conocía. Sentía cómo en cada penetración se desgarraban mis entrañas. Supe que mi ser se escapaba ese día, que mi dignidad se hundía para siempre; me sentí humillada, denigrada como mujer. Habría que esperar a que se hiciera justicia. Esa noche se disipó mi mundo, y nadie lo evitó.
Escritora en llamas