La Enredadera
Relato Ganador 2014 Categoría General
Él apareció en casa de ella sin ser invitado. Era el amigo de un amigo que pasaba por allí. Se desplazó flotando, como una espora que trae el viento y cae liviana sobre la hierba mullida. Un día germinó, echó raíces sobre el cojín derecho del sofá. Sin hacer ruido y sin avisar, lentamente, como hacen las plantas fue colonizando su espacio y su vida.
Los amigos de ella dejaron de ir a visitarla. Él era tan absoluto que ella había dejado de ser ella, se estaba transformando en un ser híbrido, casi vegetal, y con la voluntad aletargada de un ficus.
El tiempo corrió lento, pero sin detenerse. Un año después, los bomberos derribaron la puerta alertados por los vecinos, que se quejaban de las selváticas ramas que vomitaba sin control el ventanal del salón. En el interior, un cúmulo de raíces retorcidas se extendían como el esqueleto de un inmenso parásito, hasta llegar a la habitación, donde ella yacía inmóvil, aprisionada por las ramas gruesas de una frondosa enredadera.
Dulce violeta
(Carmen Barrios Corredera)