¡Quítate las bragas!

¡QUÍTATE LAS BRAGAS Y TÚMBATE!- después, ya sólo frío y eco.
Tranquila, no voy a hacerte daño- dijo, pero yo ya no oía nada.
Temblorosa me quité la falda y la ropa interior. ¿Para qué más?. Sabía lo que quería.
Tímidamente me senté tratando de taparme con el jersey de pico del colegio.
Abrí las piernas.
Sentí dolor cuando me penetró con aquello.
Mi corazón iba a mil por hora, tenía ganas de gritar, de salir corriendo pero ya era demasiado tarde. Los dos sabíamos por qué estábamos allí.
Era la primera vez que lo hacía.
Era la primera vez que alguien tocaba mi coño.
Era la primera vez que iba al ginecólogo.
Era la primera vez que un hombre me pedía que me desnudara desde el imperativo.
No fue el último.

LeLe