Perdida
Sábado 16 de noviembre, estoy en mi cama, hablando por teléfono. Ve a por pan, gritó mi madre desde abajo, me pongo unos pantalones cortos y unas zapatillas, salgo de mi casa y sin darme tiempo a llegar a la panadería me empieza a perseguir un hombre. Mi madre no me coge el teléfono, él está cada vez más cerca, de que me quiero dar cuenta estoy acorralada. No sé qué hacer, ayuda, fue el último mensaje que pude mandar.
La policía me está buscando, pero no me encuentran, tres días después, aparece mi cuerpo lleno de moratones, no tiene pulso, decían, mi madre no para de llorar por mí. Otra víctima más, decía el pueblo…
airam