¡No soy más débil que tú!
¡No soy más débil que tú!
¡No tengo miedo!
¡No voy a dejar que controles mi vida!
Se repetía Anna en sus adentros mientras los puños de aquel bastardo le marcaban cada centímetro de su piel.
¡No lo vas a hacer más! Y de nuevo su rostro se quebraba ante la fuerza de aquel mal nacido.
¡No! ¡Nunca más! Y el brillo de su mirada se perdía entre la oscuridad que dejó un nuevo golpe.
¡No tengo por qué aguantar esto! Se repetía mientras en silencio dejaba que su cuerpo fuera despojado de su color natural.
¡No! Mientras impasible soportaba una nueva bofetada.
El silencio, solamente roto por los golpes e insultos que la propinaba no conseguía alejarla de su idea.
¡No volvería a pasar! ¡esa sería la última vez que al revisar sus heridas frente al espejo se preguntara por qué soportaba eso, ya no habría miedo, ya no habría silencio, ni dudas…no volvería la pasividad, ni la falta de fuerzas para defenderse…esa sería la última vez.
¡La última vez, Anna, la última vez! Acertó a decir con un hilo de voz mientras sus ojos se cerraban…y de nuevo, silencio.
ANA TERÍS