Los sueños de Laura
Caía la tarde cuando Laura recibió la carta, un papel verde, un presagio de esperanza. Quería huir de su país, dejar atrás una existencia de miseria y pesadumbre. Trabajar en España era todo lo que podía soñar y esa carta el visado para alcanzar su sueño.
Llegó el día señalado, Laura cogió su maleta repleta de enseres y recuerdos. Dejaba una vida para comenzar una tortura aunque ella no lo sabía. Se aventuró hacia el aeropuerto con una sonrisa y su pequeño cuerpo de niña mona.
Pasaron los meses y aquella sonrisa nerviosa se tornó en un rictus de amargura. Atrapada por su presente, por todos los sueños que no pudo lograr estaba presa en el prostíbulo entregando su cuerpo y con él su vida.
Incapaz de salir de aquel agujero pensó que la muerte sería la única alternativa. Laura no volvió a sonreír tampoco tuvo valor para morir dos veces, ya estaba muerta y eso sí lo sabía.
Honey