El amor de mi vida
Vivía en una prisión. Había perdido mi autoestima. Aunque sería más justo decir que me la quitó justificando que era por amor, porque me quería más que a nada en el mundo. Era lo más importante de su vida y sin mí sería capaz de hacer una locura. Mi forma de ser provocaba su violencia, sus abusos conmigo. Era yo la única responsable. Mi vida dejó de ser mía, pasó a ser un objeto que se tiene en manos de otro, de la persona que me quería por encima de todas las cosas. Por eso, me hacía daño. Por mi bien. Para estar mejor, para ser más felices. Pero un día conocí a una mujer que habló en público de su maltrato continuado, de sus abusos, de su impotencia, de su nada. Porque no era nada, igual que yo. Vi la película de mi vida en esa charla. No sé de dónde saqué fuerzas, pero fui a hablar con ella y todo cambió. Me cogió de la mano y me ayudó a salir de dónde estaba. Fue algo mágico. Me dejé ayudar. Superé con mucho esfuerzo el miedo que sentía a su agresividad. Fui capaz de mirar de frente a esos ojos que me apuñalaban el alma, pero lo conseguí. Pude hacerlo. Comencé una nueva relación, pero esta vez conmigo misma. Aprendí a quererme y valorarme. Ahora yo soy el amor de mi vida.
Y AHORA, ¿QUÉ?