Esto no es un cuento
-Espejito espejito mágico.
-Vamos, mamá, que esto no es un cuento.
-Venga, hija, como cuando eras pequeña.
-Vale. ¿Quién es la más bonita del reino?
-Su cabello como el ébano, su piel como la nieve, su boca como la sangre…
Ambas se echaron a reír frente al espejo del baño, que les devolvía una imagen hacía tiempo olvidada. Una hija y una madre unidas, dicen, por un hilo rojo invisible para la eternidad. A. había maldecido aquel hilo durante años, por no haber sido capaz de arrastrar a su hija de vuelta con ella antes y sacarla de aquel infierno. Las cicatrices en su rostro se le hincaban en lo más profundo de su ser. La culpa por no haber sabido rescatarla a tiempo, la acompañaría como una losa atada a la espalda.
-Mi niña siempre.
Evaluna