¡Bendita Hazaña!
Todo se volvió difuso. Intenté plantar cara, sorprendida, asustada. Pero su mano empujaba, a voces gritaba. Mi cuerpo, encogido, el alma, acongojada. Se hizo la noche, se apagó la llama. Entre las sombras, perdida yo estaba. Alguien alertó en la mañana. Escuché una voz, que me llamaba. Sentí que algo en mi interior, se iluminaba. La ayuda llegó, ¡bendita hazaña! Gracias a todos, recuperé mi vida. Atravesé la niebla, esa luz me guiaba. A tientas, logré traspasar la bruma. Y conseguí levar anclas, hacia la Luna.
Entre Brumas y Niebla