Presentación informe: Mujeres jóvenes y trastornos de la conducta alimentaria.

In Noticias Educar en Igualdad by Laura Rojas

El día 15 de octubre, la investigadora y Doctora, María Calado, presentó el estudio 136, editado por el Instituto de las Mujeres, la Subdirección General de Estudio y Cooperación, y el Ministerio de Igualdad, titulado, Mujeres jóvenes y trastornos de la conducta alimentaria. Impacto de los roles y estereotipos de género

¿Qué nos dice el informe?

Los trastornos de la conducta alimentaria tienen raíces multifactoriales, y una afectación global en la sociedad. La la pandemia del COVID 19, planteo un antes, y un después en la vida de las personas, en sus formas de relacionamiento, incremento el uso de las redes sociales, y evidenció un problema de atención sanitaria. Según la Sociedad Española de Médicos Generales y de
Familia, se estima que, en nuestro país, aproximadamente entre el 4,1% y el 6,4% de las mujeres desarrollan anualmente alguno de los cuadros incluidos en los trastornos alimentarios (Calado;2024)

El informe señala que existe otro dato preocupante; el inicio de los trastornos alimentarios cada vez más se evidencia en edades más tempranas. A su vez, muchos de los casos se diagnostican en la adolescencia, y a diferencia de estos, es poco frecuente que se dictaminen casos en la edad adulta. Lo que muestra que las etapas de desarrollo humano adolescente, por su complejidad global son momentos críticos para el desarrollo de este tipo de trastornos.

Calado cita el trabajo de metaanálisis internacional, realizado en el 2023 por López-Gil, García-Hermoso, Smith et al, donde analiza que uno de cada cinco adolescentes muestra signos de trastorno alimentario: el 30% de las mujeres frente al 17% de hombres (Calado;2024) . Este dato permite deducir como consecuencia directa, el peso de los roles y estereotipos de género, que recaen principalmente sobre las mujeres.

Algunos apartados del estudio.

La primera parte del estudio titulada, Estereotipos y roles de género: feminidad, mujer objeto y subordinación, pone de manifiesto la transmisión de los estereotipos por medio de los diferentes procesos se socialización, y su influencia en la construcción de realidades que afectan principalmente a las mujeres. En este sentido según María, la sociedad se polariza en función del género y un amplio rango de información se organiza en función del género (Calado;2024).

Otro de los apartados del estudio, problematiza acerca de violencia simbólica, la naturalización de las desigualdades por la sociedad e interiorizadas por las mujeres. En esta sección se realiza una consideración de aquello que significa violencia simbólica, a saber, aquellos patrones estereotipados, mensajes, valores, entre otros que reproducen y transmiten desigualdad en los entornos sociales.

En el estudio la investigadora también se ocupa de poner la lupa en el papel de la sociedad de consumo en el mantenimiento de los estereotipos de género. Dada la importancia del proceso de socialización y los dos grandes ejes que vertebran la presencia de determinados estereotipos y roles de género en las mujeres (patriarcado y capitalismo), se hace necesario centrarnos en la perspectiva sociocultural para comprender por qué los trastornos alimentarios tienen su mayor auge en la sociedad occidental actual y en las mujeres (Figura I.9). (Calado;2024).

Algunas conclusiones del estudio.

Las conclusiones a las cuales llega el estudio con múltiples, y de gran valor para repensar de diversas formas, cómo los trastornos de la conducta alimentaria, agudizados por los roles y estereotipos esta impactando a las mujeres. En este sentido se concluyo, que: la vulnerabilidad individual, y el contexto sociocultural, ejercen un fuerte influencia en los procesos de socialización, y en este sentido, distorsionan la diversidad de los cuerpos. A su vez, otra de las conclusiones que se resaltan es el fuerte estigma que tiene el peso sobre los cuerpos, y vidas de las mujeres, donde la delgadez es asociada al éxito.

A su vez dentro de las conclusiones se refleja la importancia de generar transformaciones sociales, a través de la no normalización de la violencia hacía las mujeres. A su vez se realiza un llamamiento a cambios sociales que impacten diferentes ámbitos, e interseccionalidades, junto con poner la vista en el trabajo colaborativo, para combatir la violencia de género de forma integral.

 

 

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