Vida

Desdibujada, perdí mi identidad, mi personalidad. Sumida por el control, la manipulación y el dolor emocional, administradas de forma sutil en pequeñas dosis. Inventó su personaje y una relación ficticia. Nubló mi valía, mi vitalidad y mi alegría. Llegué a desconfiar de las personas que se acercaban a mí, que me valoraban y me querían. Siempre “ausente”. Perdí muchas personas, muchas oportunidades, me perdí a mí. Con valentía, esfuerzo y perseverancia, me volví a reconstruir una vez deconstruida. Comencé a atender mis necesidades básicas. Mi pensadilla, pensar que jamás sería feliz. Entendí que lo había logrado el día que volví a ser y a estar en las relaciones con los demás y en la vida. Desde entonces, siempre “presente”.

Nur BM