Víctima número 17

Micromachismo, diferencia salarial, abuso de poder, terrorismo machista, desigualdad de género, coeducación; son conceptos que comienzo a oír desde mi prisión pero en realidad ¿sabes lo que hay detrás? Matrimonios sangrientos, niños desarraigados, infancias robadas, sueños rotos, una sociedad enfermiza por un genocidio encubierto, normalizado. ¿Que quién soy? Soy la hija, la nieta la bisnieta y la mujer de uno de esos matrimonios sangrantes.

¿Cultura del patriarcado? ¿Falta de formación? El debate es interesante pero ¡DESPIERTA! no me queda mucho tiempo. Mi carcelero me arrastra, me golpea hasta el punto de dejarme vacía, sin saber quién soy o lo que soñaba con ser. Me descompone con cada paliza para reconstruirme a su antojo. En un pequeño atisbo de fuerza pienso en huir, pero… y ¿qué sería de mis hijos?¿Qué comerán? Él nunca me dejo trabajar, ni administrar un solo euro. Abatida e impotente juro que grité ¡sacadme de aquí! SACADME.

Debe ser que nadie me escuchó, pues en su último golpe me convertí en la víctima número 17 de este año, en un número más, en un cadáver al fin y al cabo olvidado por una sociedad que sigue mirando hacia otro lado.

Guaci M.C.