Sorpresa en la tormenta

Cuando él llega a casa dice que está sucia, que la comida no está hecha, ni las camas recogidas y cuando los niños están en clase o durmiendo, él se desata y empieza a azotarme y a decirme que soy una inútil, que no valgo para nada y que lo que hago lo hago mal. Un día que él estaba fuera hice las maletas de los niños y la mía para abandonar la casa, pero llegando al portal me detuve y pensé en lo que podría ocurrir si ve que no estamos en casa, así que volvimos a casa deshice las maletas, limpié e hice la comida para que cuando llegase estuviera todo limpio, ordenado y la comida lista. Ese mismo día llegó con una sorpresa para mí, le pregunté qué era y me respondió que lo íbamos a pasar muy bien, después de aquello termine escondiéndome.

Marta