Rosi…volvió

Rosi estaba harta de Rodri, su marido. Era un maltratador psicológico, siempre descargaba su frustración por tener un trabajo que odiaba, pero no se atrevía a dejar, en realidad era un flojo sin arrestos. Pegarle, no le pegó, pero quince años humillándola … al final Rosi decidió dejarlo. No habló con él, cogió lo indispensable, se fue a casa de una hermana, hijos no tenía y nada le ataba. Rodri, ni la extrañó ni la buscó. Rosi intentó explicarse por teléfono, él siempre colgaba, hasta en eso se comportaba como solía, ignorándola. Estaba tranquila, intentaba rehacer su vida, pero después de tantos años de matrimonio le pesaba la soledad. Animada por su hermana, retomaba amistades, volvía a disfrutar. Meses después, un accidente dejó parapléjico a Rodri. Cuando salió del “Hospital de Parapléjicos”, nadie, ni familia ni amistades quería atenderlo, siempre había sido un mal bicho. Un día, desesperado, llamó a Rosi. Ella volvió para cuidarlo hasta que encontraran una persona que se hiciera cargo. Él intentó disculparse, “ahora, no te jode”, pensó Rosi, pero ella le contestó que volvía a cuidarlo porque era una mujer, pero no quería saber nada de alguien que nunca fue un hombre.

AMEL