Patadas

Les compré un perrito a mis hijos para hacerles mas llevaderos los maltratos a los que nos tenía sometidos mi marido. Una tarde, en la cocina, comenzó a pegarme; mis hijos se interpusieron y recibieron también ellos. Entonces, comenzó a dar patadas al perro hasta que lo reventó.
En ese momento tomé la decisión. Cogí a los niños y me fui a vivir a casa de una amiga.
Aun me queda mucho por luchar.

LA CHATA